¡Lee el versículo y subraya tus frases favoritas!
Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía. 2 Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. 3 Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. 4 Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas.
¡Llegó el gran día! El pueblo de Israel arrancaba su campaña por la conquista de la Tierra Prometida, la que Dios había dicho que sería suya. Pero se encuentran con el primer desafío, que estaba “cerrada, bien cerrada”. La Palabra de Dios nunca exagera, ni pone mayor drama en sus relatos, si enfatiza algo es porque realmente quiere darnos a conocer la situación en ese tiempo. Muchos estudios indican que es muy probable que Jericó fuera una de las primeras civilizaciones en incursionar en la modalidad de ciudades amuralladas.
Pongámonos por unos segundos en los zapatos de los israelitas. Cuarenta años en el desierto, aislados de toda civilización y sus avances y cuando logran salir de su cuarentena se encuentran con avances nunca antes vistos. A esto se suma un gran desafío acompañado de una promesa: conquistar estas civilizaciones.
Puede ser que te identifiques con el pueblo de Israel. Vivimos una temporada de tanta competencia, no solo en el mercado laboral sino también en el hogar, con familias expuestas a distracciones que impiden lograr un vínculo o predicarles la palabra.
Israel se encontraba en la misma situación a la cual probablemente te estés enfrentando hoy, un mundo post cuarentena, con una promesa de Dios, pero con el desafío de conquistar esa victoria en la tierra que Dios nos ha dado. Estos versículos nos dan 3 consejos para derribar las murallas que quieren detener nuestro progreso.
1. Aférrate a sus promesas. Vuelve a leer el segundo versículo, Dios siempre atento le recuerda al pueblo la promesa que Él les había dado. Él hoy te quiere recordar que te dio la victoria a través de su Hijo en la cruz y Él sigue siendo el mismo
2. Lucha sin entender la lógica. Con Dios la lógica no ayuda. En el tercer versículo, Dios no los manda a enfrentarse cara a cara o construir catapultas, ni a construir un caballo grande de madera donde puedan esconderse y sorprenderlos en medio de la noche. Dios los envía a dar una vuelta a la ciudad fortificada por seis días. El plan suena ilógico y una pérdida de tiempo, pero recuerda, los planes de Dios son mayores a los nuestros para darnos el fin que nosotros esperamos (Jeremías 29:11).
3. Espera pacientemente. El ingrediente secreto que da valor agregado a tus acciones y te acerca más al cumplimiento de sus promesas es la paciencia. Y en estos versículos vemos que era necesario ser pacientes durante siete días, sin ver resultados y solo siendo obedientes a una instrucción.
¿Quieres ver las promesas cumplidas en tu vida? agárrate fuerte a ellas con fe y, si no estás seguro de cuáles son, te invito a leer su Palabra, allí encontrarás un montón de ellas. Cuando te toque enfrentar obstáculos no acudas a la lógica, da pasos de fe y de obediencia, Dios está contigo y solo a Él lo necesitas. Por último, se paciente, Dios no llega tarde, Él actúa en el momento perfecto y nunca le queda debiendo nada a nadie.
Escrito por: Erick Ríos G.
1. ¿Has permitido que pensamientos de incertidumbre llenen tu cabeza? ¿Tienes temor de avanzar, miedo al fracaso? Tranquilo, pon en práctica estos primeros 3 consejos, estoy seguro de que Dios va detrás de ti respaldando cada paso.
2. Quiero invitarte a leer su palabra, en ella encontrarás muchas de las promesas que Él ha declarado para tu vida y la de los tuyos.
3. No te pierdas el próximo devocional, continuaremos con la serie ‘Derribando murallas’ y podrás conocer lo que el pueblo de Dios atravesó y más consejos para tus conquistas.
- Se fuerte, Dios ya ha entregado en tu mano la victoria.
- Ve y conquista tus promesas.
- En el camino derriba las murallas que encuentres.